Este colgador de llaves fue mi contribución al Partidazo, una actividad curiosa, diferente, que se organizó en Bordando Juntos.
La idea era repartirnos en dos equipos: Agujitas y Tijeritas. Las jugadoras de cada equipo debían realizar y montar un bordado de entre los propuestos, sin enseñarlos al equipo contrario. Se iban dando puntos a las 10 primeras labores presentadas, y luego, finalizado el tiempo de realización, se presentaban todos los trabajos y por votación se sumaban puntos por equipos.
El resultado final ha estado muy ajustado, y no es para menos, porque todas las labores han sido geniales, desde las más modestas a las más elaboradas. Siempre tiene que haber un ganador, y en este caso han sido las Tijeritas, entre las que me contaba yo.
Mi colgador pasó a la votación final, junto con otros 19 candidatos. Me sorprendió y me hizo replantearme mi propia opinión... como les comenté a mis compis de equipo, no quedé muy conforme con el resultado. Bueno, ni conforme ni nada... quedé realmente cabreada, la verdad. Es lo malo de tener desde el principio una idea muy predefinida en mente y luego no dar con los medios para llevarla a término. Si no hubiera apuntado tan alto, quizás hubiera quedado más contenta.
Sea como sea, me voy reconciliando con ello y ya hasta le he tomado cariño. Aún no lo he colgado en mi recibidor, pero lo haré.
Estoy en ello, de verdad...
Un día de éstos, ya si eso...
Ha sido una actividad muy creativa y sobre todo divertida (los piques entre algunas jugadoras han sido épicos), y hemos quedado tan contentas que ya está en marcha el nuevo Partidazo. Habrá un equipo nuevo: las Hilanderas. Como en todos los deportes, hay traspasos de jugadores, así que he decidido cambiarme a éste. Como tejedora vocacional, me siento identificada con la rueca de su escudo.